La ausencia de políticas específicas profundiza de forma negativa el impacto ambiental.
En la UE, solo el 15% de los residuos textiles se recicla, mientras que el 85% restante termina en incineradoras o vertederos.
La gestión de los residuos textiles es una preocupación creciente a nivel mundial por el aumento del consumo y descarte de prendas de vestir. Este fenómeno, impulsado en gran medida por la “moda rápida”, generó un impacto ambiental importante.
En Argentina, la gestión de residuos textiles presenta desafíos particulares. Uno de ellos es la falta de políticas específicas. Al respecto, el país carece de sistemas de gestión específicos y no cuenta con el principio de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) aplicado a este sector. Este aspecto dificulta la implementación de estrategias efectivas para la reducción y reciclaje de residuos textiles.
Otro factor es la generación de residuos. Aunque no existen datos precisos sobre la cantidad exacta de residuos textiles generados en el país, se sabe que una proporción significativa de la basura producida corresponde a materiales textiles. La falta de información detallada complica la formulación de políticas adecuadas.
Porcentajes nimios
En 2022, cada ciudadano de la Unión Europea adquirió, en promedio, 19 kilogramos de ropa y generó 16 kilogramos de desechos textiles. Este consumo fue impulsado por factores como el crecimiento económico, las ventas en línea y la influencia de las redes sociales.
La industria textil es responsable del 10% de las emisiones globales de CO₂ y consume anualmente 93.000 millones de metros cúbicos de agua. Además, se estima que cada año se producen más de 100.000 millones de prendas, generando casi 1 millón de toneladas de residuos textiles en países como España, de los cuales solo el 10-12% se recicla.
A nivel mundial, el reciclaje de este producto es limitado. En la UE, solo el 15% de los residuos textiles se recicla, mientras que el 85% restante termina en incineradoras o vertederos.
Para abordar esta problemática, se están abordando algunas acciones. Entre ellas, la recolección selectiva y reciclaje por parte de la UE, a partir de este año.
Por otra parte, países como Francia y Países Bajos adoptaron medidas de REP para reducir residuos y fomentar el reciclaje.
Empresas como Ambercycle desarrollaron procesos para reciclar residuos textiles en nuevos hilos y tejidos de calidad virgen, contribuyendo a la reducción de desechos y promoviendo una economía circular en la industria de la moda.
A nivel local es clave que la Argentina avance en la concreción de políticas y sistemas de gestión adecuados para los residuos textiles, fomentando la reutilización, el reciclaje y la producción sostenible en el sector de la moda.