Las propiedades del ozono se estudian desde finales del siglo XIX, y se demostró que es un potente desinfectante y un antiséptico altamente efectivo. A medida que se fueron estudiando las propiedades del ozono se fue extendiendo su uso y fue aplicándose con gran eficacia en muchos ámbitos en los que son importantes el tratamiento ambiental del aire o la depuración y purificación. Como desinfectante y antiséptico, es altamente eficiente como bactericida, viricida, fungicida, destruyendo con gran rapidez estreptococos, estafilococos, colibacilos y otras bacterias. De la misma manera, ha evidenciado ser muy útil en la eliminación de las más enérgicas toxinas difterianas y tetánicas. Su acción microbicida es la propiedad más importante y por la que más ampliamente es utilizado; aplicado contra bacterias, virus, hongos o esporas que permanecen sobre todo tipo de superficies, o bien flotan en el aire asociados a partículas de polvo o minúsculas gotas de agua en suspensión, siendo los causantes de muy variados tipos de enfermedades contagiosas. Estos microorganismos patógenos han sido una gran preocupación desde que fueron descubiertos y se ha recurrido a muchos métodos químicos para combatirlos con mejores o peores resultados. En ese sentido, el ozono puede ser considerado el agente microbicida más rápido y eficaz y su acción antiséptica posee un amplio espectro que engloba la mayoría de los microbios. Como bactericida, se empezó a usar para el tratamiento del agua. Posteriormente para purificar el aire e incluso directamente sobre el organismo humano con fines terapéuticos. Una de las ventajas más importantes del ozono respecto de otros bactericidas es que este efecto se pone de manifiesto a bajas concentraciones (0,01 p.p.m. o menos) y durante periodos de exposición muy cortos es ya perfectamente observable un efecto bacteriostático. Respecto de los virus, actúa sobre ellos oxidando las proteínas de su envoltura y modificando su estructura tridimensional. Al ocurrir esto, el virus no puede unirse a ninguna célula hospedadora por no reconocer su punto de anclaje, y al encontrarse desprotegido no puede reproducirse y muere. En cuanto a los hongos, la ozonización elimina estas formas patógenas, cuyas esporas están en todo tipo de ambientes, evitando también posibles daños celulares. Como esporicida ayuda a combatir las que causan el tétanos, la gangrena, el botulismo ó el ántrax. Finalmente, los tratamientos de choque basados en ozono aplicados a colchones, almohadas y otros lugares en donde puedan proliferar los ácaros ayudan a combatirlos y a evitar los molestos síntomas de las alergias y de las otras afecciones que producen. 02 de marzo de 2017 – ep