La preocupación popular ante el Mal de Chagas ha llevado a confundir a otros insectos con la vinchuca portadora de la enfermedad. El vector del Mal de Chagas tiene características muy particulares, porque hay distintos tipos. La triatoma infestans es la más común; aunque hay otras que también son potenciales transmisoras de la enfermedad. La triatoma infestans se reconoce fácilmente, porque tiene un velo lateral, cuando mantiene las alas cerradas, que se distingue por un alternado de franjas amarillas y negras. Además, son hematófagas, se alimentan de sangre, en gallineros y palomares, pero también en edificios en el centro de las ciudades. Si bien es muy difícil de confundir, es importante reconocerla. No hay que creer que cualquier insecto que aparece en la casa es una vinchuca. Tienen que tenerla muy bien identificada, a fin de poder manejar el ambiente en el que viven. Existe una falsa vinchuca que es fitófaga y se alimenta de plantas, tiene una diferencia en el pico succionador. Una posición diferente de cabeza y pico. La vinchuca se debe capturar sin tocarla, en un frasco de vidrio o plástico con tapa, con una pinza o empujándola con un papel, y hay que llevarla viva al lugar de identificación, que pueden ser los centros de salud. Existen tres fases. La primera es un período agudo y puede darse a los pocos días de ser picado. Después, hay otro totalmente inespecífico, eue puede no presentar signos durante toda su vida y hay una tercera fase, la crónica, donde se pueden generar varias lesiones que afecten a los músculos. La población debería revisar permanentemente el lugar, mantener las paredes alisadas para no dar lugar donde se puedan cobijar y proteger. Porque cuando llegan, durante unos días van a tener que comer. 02 de marzo de 2017 – ep