La suciedad no hace diferencias entre original y copias. Por eso, las fotocopiadoras son también objeto de una buena tarea de limpieza En las películas de terror, los malos se esconden detrás de puertas por cuyas rendijas salen mucha luz, pareciera que están sacando fotocopias. Es que las fotocopiadoras se han transformado en una de las máquinas más necesarias de todas, o casi todas las oficinas. Como en el caso de los otros útiles de trabajo, su limpieza también es materia de cuidado y realización periódica. Son varias las causas del mal funcionamiento de estos aparatos, por lo cual es importante saber cual es la causa de cada problema. Los problemas más frecuentes en las fotocopiadoras son que salen las copias sucias; se atascan las hojas continuamente; salen arrugadas, o salen las copias con rallas blancas. Las copias pueden salir sucias, en fotocopiadoras analógicas, porque los espejos tienen polvo y habrá que limpiarlos con un trapo, sin hacer mucha fuerza ni echar líquido. Los espejos están bastante accesibles, sacando el cristal superior y la tapa del objetivo. Quedará un espejo más escondido entre el tambor y el grupo de toner, que lleva un filtro de cristal que es lo que más se ensucia. Antes de limpiar este espejo, será conveniente probar la maquina, por si ya quedó bien. Para copiadoras láser y analógicas, si salen aparecieran manchas negras habrá que limpiar los rodillos del fusor -que tendrán toner pegado- con una esponja, cuidando de no rallar el superior que es de aluminio. Habrá que vaciar el tambor, por la tapa especial, sacarlo y si estuviese muy gastado habrá que cambiarlo, esto ocurrirá después de 15.000 o 25.000 copias. Si después de todo esto siguieran saliendo sucias, habrá que llamar al técnico, ya que podría ser la controladora de la lámpara del escáner o el descargador del tambor. Si se atascasen las hojas en la bandeja inferior, manual o debajo del tambor, hay que fijarse si hay un pedacito de papel o ganchito, de lo contrario bastaría un trapo y alcohol para frotar todos los rodillos. Si se atascaran en la salida, habrá que limpiar la suciedad debajo de las uñas del grupo del fusor. De lo contrario, se debería lubricar con una silicona especial. Cuando salieran arrugadas, será por la diferencia de presión entre los rodillos de transporte de abajo del tambor o que los rodillos fusores están dañados, ante lo cual se deberá acudir al servicio técnico. Si aparecieran rallas blancas en las copias podría ser que el rodillo fusor superior tuviera un surco o que el grupo de toner tuviera suciedad, habrá que sacarlo y si el rodillo en el que se pega el toner tuviera una franja limpia, se deberá vaciar todo el grupo y luego limpiarlo con un pincel o compresor de aire.