Desde hace miles de años la humanidad se lava las manos, tanto que hubo públicos lavamanos de sacerdotes y reyes, de los que quizá Pilatos fue el más famoso. Pero el método al principio era el de acceder a una fuente de agua, sumar alguna tierra para raspar impurezas, frotar y enjuagar. Con los años aparecerían los jabones en pastillas, que ya utilizaron los egipcios, y en el siglo VII hizo ricos a los comerciantes italianos de Savona, que dejaron su sello en el nombre de esos derivados limpiadores de aceites hasta hoy. Eso hasta la década de 1970, cuando Minnetonka, una pequeña compañía del interior de los Estados Unidos, perteneciente a Robert Taylor -que no era el de ¿Quo vadis?- lanzó el SoftSoap, un líquido gelatinoso en un envase dispensador especial para reemplazar las pastillas, en especial las de los baños públicos. Sin embargo, según los estudiosos de los casos empresarios, el éxito no fue tanto del producto como del método que utilizó Taylor para introducir su invento en el mercado. Sabiendo que las grandes empresas podrían sacarlo del medio de un plumazo -dado que ni los dispensadores ni el jabón líquido podían ser patentados como nuevos-, el pequeño empresario acudió a las dos únicas fábricas de dosificadores que había en su país y les encargó 100 millones de envases, tantos que iban a necesitar dos años para fabricarlos. Esa decisión sumada al temor de los grandes jugadores del sector se involucrase con un producto nuevo que, en la previa, no tenía demasiadas ventajas sobre sus antecesores y -más aún- tenía grandes posibilidades de fracasar pegando ese estigma a sus marcas consagradas, dio a la novedad el tiempo necesario como para consolidarse entre el público, tanto que es difícil pensar que tuvo un origen. Taylor tuvo el ingenio de ver con forma líquida la pastilla de jabón que usaba a diario, fabricarla con esa condición, quedarse con todos los envases donde ponerlo y salir a mostrar su ocurrencia con la que se evitaba que la mugre de las manos de cualquiera se mezclasen en un solo sitio con las de otros tantos usuarios.