La madera es atacada por agentes biológicos como físicos y químicos. Entre los primeros, los insectos tienen un importante papel y, de ellos, el bicho taladro y las termitas se llevan las palmas. Los insectos son comunes en todo el planeta y, de los 26 órdenes existentes, seis causan daños a la madera. Su ataque es evidente por la aparición de túneles o cavidades y, a menudo, polvo o aserrín (defecación del insecto), cuya presencia, en general, muestran que ya es demasiado tarde para solucionar el problema. El nombre Hylotrupes bajulus quizá no diga mucho, pero su denominación vulgar puede generar terror entre los dueños de muebles y construcciones de madera. Es el tradicional bicho taladro, uno de los 375.000 coleópteros -como las horminas, las abejas, las moscas, los escarabajos- de la familia Cerambycidae, en síntesis, un cascarudo de 18 a 25 milímetros en su etapa adulta, xilófago. Son insectos que se reproducen sexualmente y se multiplican a través de huevos. Su metamorfosis es completa con estadios de huevo, larva, pupa y adulto. Cada hembra coloca entre 40 y 50 huevos en toda su vida. Suele realizar varias oviposiciones en distintos sitios durante cinco días, especialmente en grietas y rajaduras de la madera. Luego de nueve días de incubación, las larvas emergen y comienzan a barrenar la madera hacia la zona central y, generalmente, más blanda. No tienen patas y se desplazan en las galerías gracias a movimientos peristálticos y son xilófagas, es decir que se alimentan de madera. Su capacidad para digerir la celulosa se debe a la relación simbiótica que mantienen en su tracto digestivo con un grupo de bacterias. Al llegar al último estadio larval, realizan un agujero oval en la superficie de la madera y antes de formar la pupa lo tapan con aserrín facilitando la salida del adulto, que pueden vivir entre diez y quince días. Su desarrollo óptimo ocurre en maderas con porcentajes de humedad entre 15 y 28 %, no obstante puede atacar maderas estacionadas. Las hembras suelen colocar sus huevos en la misma madera de la cuál han emergido. De ahí, que en altas infestaciones, el deterioro de vigas y tirantes de techo es muy acelerado. Son indicios de su presencia, la caída de aserrín refinado, los orificios ovales superficiales de 7 a 10 milímetros, el crujido característico y la visualización de adultos. Otro insecto que preocupa a los propietarios de estructuras de madera son las termitas, un isóptero, que también vive en simbiosis con protozoarios que poseen en su tracto digestivo y que son los encargados de digerir la celulosa. En su mayoría son ciegas, pero tienen un fuerte aparato bucal masticador. Son insectos sociales que se agrupan en colonias y tienen tres castas definidas: reproductores (rey y reina), obreras, y soldados. Su reproducción es de tipo sexual, y tras 50 a 60 días de incubación de los huevos puestos por la reina, nacen las primeras crías. Estos insectos poseen metamorfosis incompleta: huevo, ninfa y adulto. Las ninfas darán origen a obreras, soldados o reproductores. Los individuos alados -rey y reina- aparecen en colonias donde la densidad poblacional es elevada. Las colonia desarrollan en cuatro o cinco años y el numero de obreras puede llegar a 200.000. La reina puede vivir hasta 25 años y colocar más de 60.000 huevos y las obreras suelen vivir hasta cuatro años. Sus infestaciones suelen visualizarse una vez que el daño esta hecho. Hay muchos productos y empresas especializadas para combatirlos. Lo recomendable es no dejar pasar el tiempo, para evitar el arrepentimiento.