Las buenas prácticas de higiene en las empresas permiten reducir hasta 80 por ciento la posibilidades de resfríos o gripe. Según datos recogidos por entidades privadas internacionales, ese tipo de acciones, además, disminuyen entre 40 y ocho por ciento la cantidad de personas que podrían ser contagiadas de gripe y 62 por ciento el número de las contaminadas por otro tipo de virus. A partir de esos datos, se desarrolló “The Healthy Workplace Project”, un proyecto para fomentar buenas prácticas de higiene en el puesto de trabajo, lograr la motivación de los empleados cuidando su bienestar y reducir el impacto de las “enfermedades típicas de oficina” como gripe, el resfrío, las infecciones del aparato digestivo y de tipo viral. El proyecto, que se desarrolla simultáneamente en diversos países, pretende crear espacios de trabajo saludables que contribuyan a reducir el ausentismo, motivar a los empleados y cuidar su salud. Para ello, se orienta a identificar y explicar el problema; poner los medios, desarrollar nuevos hábitos y usar barreras en la cadena transmisión de los gérmenes; y contemplar diferentes acciones de comunicación y materiales divulgativos para crear una cultura saludable en el puesto de trabajo. Este programa ofrece una serie de test para identificar y mostrar a los trabajadores los puntos de foco en el lugar de trabajo, midiendo los niveles de concentración de gérmenes y virus, en diferentes lugares de la oficina como puertas, barandas, fotocopiadoras y teclados. La falta de protocolos de higiene básicos favorece el contagio de gripes y resfríos entre los empleados y el aumento de superficies contaminadas por virus. Un estudio realizado recientemente en Francia mostraba que en una oficina hay 400 veces más gérmenes que en el inodoro de un hogar promedio. Además, se ha demostrado que la salud y el bienestar de los trabajadores promueven su compromiso con la empresa, que los lleva a ir más allá de los requisitos formales de su trabajo, aportando un esfuerzo extra orientado a lograr mejores resultados. Este compromiso se refleja en una mayor fidelización de los clientes, menor rotación de empleados, menor ausentismo y mayor productividad. Las inversiones de las empresas en la salud de sus empleados se orientan normalmente a programas para manejar stress y conflictos, vacunas contra la gripe o comida más saludable y deporte, pero no hacia un lugar de trabajo higiénico, cuando un entorno de trabajo limpio y sano es la base de cualquier programa de bienestar.