Una correcta limpieza de alcantarillas, efectuada de manera periódica o regular, garantiza que no habrá inundaciones ni desbordes. En las calles o en entornos industriales, las alcantarillas cumplen la función de captar grandes volúmenes de agua de origen pluvial, de riego o limpieza, o bien utilizados en distintos procesos industriales, para que esos fluidos no inunden los espacios por los que circulan gente y vehículos, y no aneguen los espacios contiguos. El agua que se quiere drenar por los desagües arrastra desperdicios que van a parar a las alcantarillas, los pozos o bocas de absorción. Junto a las hojas, tierra, ramitas, papeles y envases, se forma un lodo más o menos pesado que termina obstruyendo e impidiendo la circulación y el escurrido del fluido. Por eso, la limpieza de cada alcantarilla es una tarea a tomar con seriedad, a riesgo de que, como ha sucedido, una lluvia persistente termine ocasionando una inundación que conlleve pérdidas invaluables. Equipos instalados en camiones son utilizados para llevar adelante esa tarea, central para el normal desenvolvimiento de la vida en las urbes actuales. Estos equipos trabajan por succión y evacuación, dando como resultado una limpieza profunda y durable. También se utilizan máquinas de destapación, a fin de brindar un servicio integral para que el alcantarillado público, industrial u hogareño quede despejado y sin riesgos de taponamientos. Para quitar el lodo y los residuos de las bocas de tormenta, alcantarillas y pozos de absorción, conviene contratar a expertos guiados por las mejores prácticas. Sólo así habrá garantías de que el agua filtre de modo persistente en el tiempo. Al programar la limpieza de alcantarillas, se evitarán los desbordamientos de aguas y las inundaciones y, con ello se evitarán eventuales pérdidas y los malos olores que estos eventos indeseados suelen acarrear. La limpieza periódica de alcantarilla es una medida que conviene incorporar sin dilaciones.