Limpiar las rejillas de las ventilaciones de las cocinas puede ser una tarea desagradable, pero no por eso se puede dejar de lado. Las cocinas normales tienen dos tipos de rejillas de ventilación: los conductos de ventilación y campanas sobre la cocina. Los conductos de ventilación recirculan el aire en la cocina a través del aire acondicionado central y el sistema de calefacción. Las rejillas de ventilación ayudan a la campana de extracción a eliminar la grasa, el vapor y los olores desagradables de la cocina. Con el tiempo, estas rejillas quedan recubiertas con grasa y suciedad, por lo que es necesario limpiar las rejillas de ventilación regularmente para mantenerlas funcionando correctamente y para evitar incendios de grasa. Para realizar la limpieza se comienza por retirar los filtros metálicos plateados de la campana de ventilación, se los sumerge en una solución de agua caliente y detergente común para lavar platos y se los deja hasta que la grasa se haya aflojado. Se lavan los filtros de ventilación de la cocina con agua tibia jabonosa y una esponja o cepillo de dientes y se secan con un paño suave y limpio. Se limpia el interior de la campana con un desengrasante y se quita cualquier exceso de limpiador con un paño limpio. Las aspas del ventilador se limpian para eliminar la grasa y la suciedad y se lava el exterior de la campana de ventilación con un paño humedecido con agua tibia y jabón. Para la limpieza de los conductos de ventilación de la cocina, se retiran las rejillas de ventilación de las paredes y el techo con un destornillador plano y en un recipiente de plástico se coloca agua tibia y una cucharada de líquido lavavajillas. Con guantes de goma, se frota la rejilla de ventilación utilizando un estropajo de plástico por ambos lados y se usa un cepillo de dientes para quitar manchas o remanentes de grasa difícil que hubieran quedado atrapada en las rendijas de ventilación de la cocina. Se tira el agua sucia del recipiente de plástico y se enjuaga cada una de las rejillas de ventilación completamente con agua tibia. Con un trapo viejo o un paño de cocina gastado se seca la rejilla de ventilación, se coloca el trapo sobre una mesa y la rejilla de ventilación sobre él para que los restos de agua se evaporen.