Existen varios modelos y medidas, desde la doméstica a la industrial. Las ‘hidro limpiadoras’ se utilizan para la limpieza de superficies. Generalmente se usan para limpiar exteriores, como paredes, embarcaciones o terrazas. Precaución en monumentos o superficies delicadas. El llamado a ahorrar agua es cada vez más frecuente. Por esa razón hay máquinas de limpieza que logran equilibrar la demanda de este recurso. Las diferencias dependen de la presión (se mide en bares), el caudal (litros/hora), los vatios, accesorios y tamaños (según el modelo y gama). El funcionamiento consta de varios pasos. El agua es inyectada mediante boquilla giratoria, que luego es recogida junto a los residuos. El sistema cuenta con un potente motor de aspiración y la campana extractora se adapta a las superficies lisas de las paredes. A su vez, los accesorios permiten adaptarse a diferentes tipos de superficies. Eliminar las capas de suciedad o pintura mediante agua a presión ya no es un problema. Es sabido la gran capacidad que tiene el agua a presión para eliminar la suciedad adherida a las paredes y fachadas. Sin embargo, este procedimiento tiene el inconveniente de que el agua cae al suelo junto con la suciedad, provocando molestias a las personas que transmitan por la zona, así como riesgos de caídas. Por este motivo, hay que extremar las precauciones y señalizar las zonas de trabajo por seguridad para los transeúntes. Este sistema provoca una erosión en la superficie a limpiar, con lo cual estatuas, mausoleos, monumentos arquitectónicos antiguos o modernos, superficies delicadas o de interés cultural se deben descartar o realizar una limpieza de extrema cautela. Es conveniente no utilizar demasiada presión y dirigir el chorro desde una distancia prudencial. De no ser así los daños que se pueden producir pueden ser irreversibles. Escrito en el muro Para algunos sectores de la sociedad, los grafitis y pintadas se convirtieron en un problema, ya que consideran que se estropea el mobiliario urbano, los monumentos y edificaciones, tanto privadas como públicas. En la mayoría de municipios y de ciudades, la eliminación de dichas pintadas supone un importante gasto para las arcas públicas. La limpieza de los grafitis se suele llevar a cabo con diversos métodos, que habitualmente tienen una efectividad aceptable. Una de las más utilizadas es el agua a presión, uno de los métodos más reconocidos para eliminar este tipo de suciedades en exteriores.