La realización de prendas que surgen a partir de botellas de plástico reciclado sería una solución para combatir la contaminación ambiental.
El tereftlato de polietileno (PET), es un tipo de plástico utilizado mayormente en los envases de bebidas. Pero estos elementos cotidianos, esconden otro uso aprovechable ya que pueden convertirse, entre otras cosas, en fibra de poliéster reciclado, materia prima utilizada en la confección de textiles.
Movidos por un espíritu ecológico y con el ánimo de contribuir a la mejora de nuestro espacio vital utilizando la moda como vehículo principal, Tochy and Pochy ha apostado por una confección respetuosa, noble y contemporánea, que dota de entidad a las prendas confeccionadas.
Para elaborar un kilogramo de tejido se requieren 35 botellas de PET, que tardarían 700 años en degradarse y, por lo tanto, el daño que puede ocasionar en la atmósfera, aunque menor que el que generan otros residuos, podría resultar irreparable.
El tereftlato de polietileno es totalmente reciclable y seguro de manipular en el hogar. El año 2016 se recuperó 73,7% de las botellas puestas en el mercado, según el sistema de medida empleado por el resto de materiales de envases, sobrepasando ampliamente el objetivo de recuperación de 55% marcado por la UE. Esta eficiencia esta al mismo nivel que los materiales con los que compite.
El PET es valorizable energéticamente no emitiendo óxidos de azufre, nitrógeno o cloro, ya que no contiene ninguno de estos elementos en su composición y cumple con todos los requisitos legales que establecen las normativas internacionales que le afecta, por lo que esta autorizado su uso en todos los países del mundo.
ep