Una enorme variedad de insectos atacan y deterioran libros, cuyo control es complejo ya que los productos afectan la conservación del papel.
La conservación de material literario se ha convertido en un problema debido a la proliferación de piojillos del papel, pescadito de plata, escarabajo de los cueros, polillas, arañas, cucarachas, hongos, ácaros y otros pequeños insectos que se alimentan de los diferentes materiales que componen los libros.
Ante las dificultades para controlarlos sin utilizar químicos que afecten los libros, se han buscado sistemas electrónicos para hacerlo, como la onda corta, que funciona aumentando la temperatura de los materiales sin generar deterioro y con poco tiempo de exposición.
Según se indicó, en tres minutos el interior del libro llega a temperaturas de 65º C, lo que acabaría con insectos y hongos que se alimentan del papel, el cuero, las colas animales o sintéticas, y hasta con las cucarachas que se alimentan de todos estos materiales.
Este tratamiento permitirá el control sin exponer el libro a líquidos, polvos o gases oxidantes o a frío excesivo, lo que generaría un aumento de la humedad y futuro deterioro.
A los diez minutos de terminado el tratamiento, la temperatura de las tapas y de las hojas vuelven a la normalidad y no quedarán secuelas del tratamiento.
El sistema permite tratar más de un libro por vez y es absolutamente seguro en su operación ya que, una vez encendido, no necesita de la supervisión o la presencia del operador. Luego de cumplido el tiempo programado, el equipo de control de plagas se apaga automáticamente.
Este sistema de ondas cortas se suma a los equipos de ultrasonido contra roedores y los de ondas complejas para control de palomas, roedores e insectos que se lanzaron al mercado anteriormente.