En la industria es indispensable contar con procesos de producción higiénicos, para asegurar que el producto sea de la mejor calidad.
Los agentes auxiliares ayudan a que el lavado sea más rápido y fácil.
En 1907 una compañía alemana fabricó el primer detergente al añadirle al jabón tradicional perborato sódico, silicato sódico y carbonato sódico. El nombre elegido fue Persil, que viene de PERborato y SILicato. El jabón se forma a partir de dos tipos de sustancias (lipófilas e hidrófilas) que, al mezclarse se unen fácilmente al gua disolviendo las grasas acumuladas.
Los detergentes se forman a partir de varias sustancias pero su activo principal se deriva del petróleo, por lo que se comportan de mejor manera en aguas duras o cargadas de minerales Los detergentes están compuestos de agentes tensoactivos que se encargan de facilitar la disolución del producto con el agua, para que el detergente pueda penetrar en manchas, grasas y o agentes que provoquen la suciedad y se encargan de mantener alejada la suciedad.
Estos detergentes se dividen en tres: con agentes no iónicos, que generan una mayor cantidad de espuma, por lo tanto son los ideales para la industria alimenticia y el cuidado personal; con agentes catiónicos, que contienen altas concentraciones desinfectantes, y los aniónicos, destinados al uso hogareño.
Los agentes coadyuvantes complementan a los tensoactivos, pues gracias a sus polifosfatos y carbonatos especiales ablandan las aguas duras pudiendo conseguir una mejor limpieza. Además, cuentan con silicatos solubles que protegen de la oxidación y contienen perboratos que se encargan de bloquear las manchas.
Los agentes auxiliares ayudan a que el lavado sea más rápido y fácil. Se usan sulfato de sodio; sustancias fluorescentes, enzimas, carboximetilcelulosa, estabilizadores de espuma, colorantes y perfumes.
Dentro de los detergentes industriales existe una gran variedad que ofrecen características y beneficios para cada industria, como por ejemplo, para la descontaminación radioactiva en la industria textil, para maquinarias y motores de la industria alimenticia, o bien para algunos tipos de suelos, o para depurar productos pertenecientes a la industria química.
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