Los únicos mamíferos voladores sumaron a su mala fama original la derivada de haber estado en el origen de la pandemia de la coronavirus.
El miedo al murciélago es infundado, ya que la mayoría de ellos son inofensivos.
Los murciélagos son uno de los mamíferos más interesantes y singulares, por ser los únicos que realmente vuelan y tener un sistema de orientación por ultrasonido, pero históricamente estuvo entre los más temidos por los humanos, situación que aumentó en los últimos tiempos debido a que se lo vinculó con el origen de la pandemia de Covid-19, más allá de que no tuvo responsabilidad alguna en ello.
El miedo al murciélago es infundado, ya que la mayoría de ellos son inofensivos, rara vez atacan al hombre, pero este temor ha salvado vidas, debido a que la gente es renuente a levantar o manipular cualquier Murciélago, incluyendo aquellos que se encuentran en el suelo y que pudieran estar enfermos y moribundos por la rabia.
Los murciélagos en ocasiones son plagas, sobre todo cuando se instalan en los edificios y existen buenas razones para no tolerar su presencia, ya que los chillidos que emiten son molestos, su excremento y orina causan olores desagradables y persistentes, también pueden manchar las paredes y techos, así como atraer a insectos y otras colonias de murciélagos, aun cuando la colonia original se haya fragmentado.
Las especies más frecuentemente encontradas por los profesionales en el manejo de plagas son el murciélago grande café, pequeño café y mexicano de cola libre.
El murciélago grande café mide alrededor de 10 centímetros y tiene una extensión alar que varía entre 30 a 36 cm, sus alas son marrón oscuro, pero las orejas son negruzcas. El pequeño café mide 7 cm de largo y es de color chocolate.
El mexicano de cola libre se identifica por su cola que se extiende más allá de su cuerpo; mide de nueve a 11 centímetros, de orejas grandes redondeadas y separadas, y coloración dorsal uniforme de tonos grises oscuros o marrón claro. Generalmente los pelos dorsales son oscuros y de un solo color mientras que los del vientre presentan las puntas más claras.
Es común como residente en las ciudades donde se refugia en las grietas de los edificios, techos, taparrollos, vuelan en las noches de verano comiendo insectos en cantidades equivalentes a la mitad de su propio peso.
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