La desinfección es el proceso mediante el cual, a partir del empleo de sustancias desinfectantes, se limpia y acondiciona un espacio o superficie para su uso apropiado. La desinfección puede ser más o menos agresiva dependiendo del tipo de material o implementos que se utilicen en su implementación: en algunos casos, las personas y animales que ocupen e espacio que será tratado deberán abandonarlo por unas horas, mientras que en otros casos tal situación no es necesaria. La desinfección tiene por principal objetivo la limpieza de superficies o espacios en los cuales seres humanos y animales tendrán contacto. Con su aplicación se evitará la presencia de bacterias o virus que puedan causar infecciones de diverso tipo, como también enfermedades, alergias o condiciones de salud serias. La desinfección se puede realizar tanto en espacios públicos y abiertos como en espacios privados y cerrados. Para realizar la desinfección, se deberá contar con materiales específicamente diseñados para tal acción, es decir, desinfectantes y otros productos de limpieza que se consiguen de manera accesible en el mercado. Cuando se requiera utilizar productos más agresivos y abrasivos será posible que se necesite una habilitación o permiso especial para hacerlo, ya que su uso indebido podría generar muchas complicaciones de diverso tipo. Dependiendo del tipo de producto o sistema que se utilice, la desinfección podrá ser química: por ejemplo, con el uso de desinfectantes y productos químicos; como física, a partir del uso de trapos, esponjas, rejillas, virutas, etcétera. En el caso de usar productos químicos, se deberá tener extremo cuidado, mantenerlos alejados del resto de la población (especialmente de los niños) y utilizarlos siempre con el material o con la indumentaria adecuada a modo de no lastimar la piel, las vías respiratorias, el cabello, la visión.