Las alfombras distinguen locales o áreas específicas de empresas o espacios laborales. En las alfombras, muchas veces aparecen sombrados, un efecto que se localiza en áreas específicas en forma de sombras y de un tono diferente al resto. Se produce generalmente por la circulación en el ambiente, que deforma el pelo del tejido en diferentes direcciones y también alrededor de los muebles. A veces se obtienen buenos resultados con una plancha caliente, colocando entre la alfombra y la plancha una tela húmeda y cuidando de no aplastarle el pelo sino de transferir humedad a la alfombra, orientando inmediatamente con un capillo el pelo en el sentido del resto. De no resolverse, los profesionales cuentan con la experiencia como para hacerlo. Los pliegues y englobamientos en las alfombras de pared a pared en locales y oficinas, se pueden notar en días de mucha humedad. Si no desaparecen en días secos, será necesario recurrir a servicios profesionales para volver a estirar la alfombra. Para que esto no vuelva a ocurrir, se debe exijir que en la colocación sea utilizado un “estirador de palanca” y no “de rodilla”. Además, cualquier elemento áspero, un clavo en el taco, un implemento de trabajo, etcétera, podrá en algún momento causar un enganche en las alfombras, especialmente en las de tipo buclé. Tratándose de algún hilo suelto cortarlo al ras con tijera y no arrancarlos, será una solución; pero los enganches largos o de varios nudos deberán ser restituidos con un buen adhesivo. Las fibras de lana o “pelusas” que se desprenden de su nueva alfombra o que se encuentran en su aspiradora son las que quedan sueltas durante el proceso de fabricación. La opacidad, en la mayoría de los casos, se produce por suciedad. El aire cargado de hollín y polvo deposita partículas aceitosas sobre la alfombra y penetra entre las fibras, produciendo opacidad en los colores. Una buena limpieza profesional restituirá la brillantez de sus colores originales. 17 de marzo de 2016 ep