Vapor, agua y productos químicos mantienen como nuevos los materiales de este tipo de estructuras. Manchas por la exposición continua a la intemperie. Los grandes festejos requieren grandes espacios, pero no siempre se cuenta con los metros necesarios. Es común, en esos casos, que los anfitriones sugieran instalar una o varias carpas de gran tamaño para que los invitados se sientan más cómodos y protegidos ante lluvias o tormentas imprevistas. Luego de las celebración, llega la hora de la limpieza, y el aseo de este tipo de carpas debe cumplir con un procedimiento adecuado para mantener los materiales listos para el próximo uso. Vapor, agua y productos químicos tenso-activos no iónicos son algunos de los productos que se deben disponer. De esta manera, se realiza un correcto desmanchado, aumentando la protección de lonas y toldos sin blanqueadores. Como se sabe, las carpas se ensucian por la exposición continua a la intemperie, a la contaminación y a la lluvia que contiene suciedad y microorganismos que pueden permanecer en forma de manchas cuando el agua se evapora. Un aspecto importante es el mantenimiento de los brazos móviles de los toldos. Las piezas de metal deben limpiarse con algún producto especial, ya que la inactividad de los engranajes durante las heladas y el granizo de los meses fríos puede llegar a atascarlos. La mejor forma de asegurarnos su funcionamiento futuro es engrasar las bisagras y engranajes con aceite o cera. El impacto del sol también perjudica los materiales expuestos. Los colores van perdiendo brillo a medida que pasan los años. La propia degradación del medio ambiente a causa de sustancias perjudiciales como el humo y el aire contaminado, hará que las carpas adquieran suciedad. Por esa razón hay que tomar todas las precauciones del caso. Un lugar limpio y agradable es una señal de respeto al invitado.