La biodegradación ayuda en la eliminación de desechos peligrosos derivados de la limpieza de piezas industriales La maquinaria utilizada para reparación, mantenimiento y en la mayoría de los procesos industriales requieren de un proceso de limpieza de aceites, grasas, polvo y suciedad en general, en un proceso que, en general, genera desechos tóxicos. Estos desechos se producen debido a la combinación de los limpiadores y solventes líquidos con la suciedad de las piezas, por lo que se requieren métodos especiales para su manipulación y/o eliminación para seguridad del personal y cuidado del medio ambiente. La biodegradación es un auxiliar para resolver estos problemas. Este método implica descomponer materiales peligrosos para el ambiente mediante la acción de organismos vivos. Por eso, antes del proceso, debe existir una acumulación de substancias tóxicas a ser reducidas o eliminadas; además, los contaminantes deben ser separados de las piezas para que los microbios puedan hacer mejor su trabajo. La clave del éxito de los sistemas biodegradantes radica en un limpiador puro que signifique piezas más limpias. El líquido se mantiene limpio, permitiendo que el sistema limpie eficazmente durante más tiempo. Como los microbios se alimentan de la suciedad contenida en el agente limpiador, normalmente no hay problemas de eliminación de líquidos contaminados. El proceso en una lavadora de piezas industriales basada en biodegradación comienza cuando el agente desengrasante superficial del líquido rompe el enlace entre los contaminantes y la pieza. Los contaminantes son transportados por el limpiador a través de una malla filtrante, donde quedan retenidas partículas que miden más de 50 micrones. La acción del líquido que fluye a través de la malla libera una combinación de microbios y nutrientes que ingresan a un tanque de retención ubicado bajo el filtro. Los microbios liberados exudan enzimas naturales que rompen los enlaces de las moléculas de hidrocarburos contaminantes. Esta acción libera el carbono como fuente de nutriente para los microbios. Luego de que los organismos se hubieran “comido” el aceite y la grasa, eliminan agua y dióxido de carbono. Esta tecnología elimina la necesidad de documentación sobre desechos y emisiones, mejorando de manera superlativa las condiciones de seguridad y eficiencia operativa además de reducir los costos generales.