El debate entre las toallitas de papel o secadores de aire tomó un nuevo giro debido a los resultados ante la pandemia del nuevo coronavirus.
La pandemia de Covid 19 puso en la mesa el debate sobre algunos métodos vinculados con la limpieza, entre ellos el uso de toallitas de papel o de secadores de aire a chorro, dado que el secado de manos es importante para minimizar la propagación de microbios peligrosos, ya que no eliminarlos aumenta la transferencia a las superficies ambientales y las oportunidades de transmisión y propagación.
Ines Moura y Duncan Ewin (Universidad de Leeds) y Mark Wilcox (Leeds Teaching Hospitals NHS Trust), presentarán un estudio en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (Eccmid), en el que investigaron las diferencias en la extensión de la transmisión del virus según el método de secado de manos, más allá del inodoro/baño en el entorno hospitalario.
Cuatro voluntarios simularon la contaminación de sus manos desnudas y enguantadas al usar un bacteriófago; después no se limpiaron las manos con agua, para simular un mal lavado, y utilizaron toallas o un secador. Cada voluntario usó un delantal, para medir la contaminación de cuerpo y ropa. Al salir, se tomaron muestras de las áreas públicas y de la sala.
Analizaron superficies después del contacto con las manos, como puertas, pasamanos de escaleras, botones de ascensor, asientos, teléfonos, intercomunicadores de acceso a las salas, estetoscopios, sus propios delantales y los sillones que habían estado indirectamente en contacto con estas prendas.
El equipo descubrió que ambos métodos redujeron estadísticamente la contaminación viral de las manos. Para 10 de 11 superficies, detectaron una contaminación ambiental mayor después del uso del secador de aire. Todas las superficies analizadas después de la utilización del secador mostraron contaminación de fagos, pero para las toallas fueron seis.
La contaminación promedio de la superficie después del contacto con las manos fue más de 10 veces mayor después del uso del secador frente a las toallas de papel.
«Existen claras diferencias, según el método de secado de manos, en la contaminación microbiana residual de las manos y el cuerpo del sujeto. Estas se traducen en niveles significativamente mayores de contaminación por microbios después del secado por chorro de aire versus el uso de toallas de papel desde las manos y el cuerpo más allá del inodoro», explican los autores.
Los científicos consideraron que estos resultados son «relevantes» para el control del nuevo coronavirus y que las toallas «deberían ser la forma preferida después del lavado para reducir el riesgo de contaminación y propagación del virus», recalcaron.
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