En la Universidad Nacional del Litoral diseñaron un proceso que permite utilizar bolsas de polietileno en la producción de combustible. Investigadores de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) propusieron agregar bolsas de polietileno al corte de petróleo que ingresa en las refinerías, a través de un proceso de reciclaje que las podría convertir en nafta y gasoil. De ponerse en práctica, sería una solución a los problemas que las bolsas de supermercado generan en el medio ambiente. El uso de bolsas de polietileno sigue en aumento a nivel mundial y genera perjuicios para la flora y fauna silvestre. Una de ellas puede tardar entre veinte y mil años en degradarse, dependiendo de las condiciones del ambiente, y gran parte termina en el fondo del mar. Se calculó 5% de las bolsas de polietileno son recicladas en el mundo. En la Argentina, según datos de 2013 de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP), se consumían alrededor de 43 kilos anuales de plástico per cápita y muchas ciudades comenzaron a prohibir su uso, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Santa Fe. En la Argentina hay tres tipos de bolsas: las de polietileno regular, las oxidegradables y las biodegradables. Las primeras son las más comunes y las que más perjuicio generan. Las oxidegradables son obligatorias en la provincia de Buenos Aires desde 2009 y, si bien el plástico no cambia su composición, se convierte en polvo, lo que tiene menor impacto medioambiental. Las biodegradables se convierten en gas metano, que fomenta el efecto invernadero que genera el cambio climático. “Las modificaciones que habría que realizar en la refinería son pequeñas. Lo más complejo de este proceso de reciclaje es buscar una manera eficiente de recolectar las bolsas, limpiarlas, clasificarlas y trasladarlas hacia la refinería”, dijo Francisco Passamonti, director del proyecto. Agregó que “la incorporación de plástico al proceso que estudiamos aumentó la proporción de olefinas livianas, principalmente propileno, uno de los reactivos para la producción de plásticos. A la vez, observamos que se incrementó la producción de gasolina”. El polietileno se puede agregar al petróleo que se refina mediante el proceso FCC (Craqueo Catalítico de Hidrocarburos, en inglés), por el cual se producen combustibles líquidos, gracias a la presencia de un catalizador en ciertas condiciones de reacción específicas, a partir de un corte pesado de petróleo. “Al usar un catalizador específico orientamos los productos hacia la generación de gasolina y diésel, que luego conforman los combustibles que utilizamos en los vehículos”, explicó Passamonti, quien es docente investigador del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape), dependiente de la FIQ de la UNL y del Conicet. Fuente: Matías Alonso – TSS – UNSAM 16 de marzo de 2017 – ep