El diseño higiénico en la industria alimentaria y farmacéutica tiene un beneficio directo sobre el medio ambiente. La higiene de equipos, maquinaria o plantas industriales es un objetivo primordial especialmente para la industria alimentaria y farmacéutica, si se quiere garantizar la inocuidad de los alimentos y fármacos. Tener en cuenta criterios higiénicos en el diseño de algunas piezas en los equipos de una empresa podría suponer reducciones de hasta el 50% en consumo de agua, así como de energía y agentes químicos. En la medida en que los equipos e instalaciones sean más higiénicos acumularán menor cantidad de residuos y serán más fácilmente limpiables y esterilizables. Por eso, considerar la variable higiénica en el diseño, la construcción, la instalación y el uso de estos elementos es una de las mejores estrategias preventivas que puede adoptar la industria alimentaria para, no sólo seguir garantizando la inocuidad de los productos, sino también reducir los consumos, y por tanto el impacto medioambiental. En definitiva, un equipo diseñado higiénicamente conlleva ventajas relacionadas con los costos de mantenimiento y limpieza de equipos e instalaciones que tienen una importante repercusión en términos medioambientales: menor consumo energético, de emisiones de CO2, de empleo de agua, de agentes químicos y menor generación de aguas residuales. Beneficios Reducir el consumo de agua y el uso de agentes químicos supone una menor generación de vertidos y una menor toxicidad, y eso a la larga supone proteger nuestros recursos naturales: mares, ríos, la calidad de las tierras donde cultivar, etc. Supone también llevar a cabo operaciones de limpieza menos agresivas y menores riesgos de contaminación de los alimentos. Además, menor presencia de estos componentes en el agua supone ahorrar consumo de energía, no sólo fruto de los propios procesos de limpieza y desinfección, sino también la energía que utilizan las depuradoras de aguas para su tratamiento. En el contexto del diseño higiénico se estudian los materiales de construcción empleados, superficies de contacto (que no sean porosas), la drenabilidad, las intersecciones de tuberías por donde pasan los alimentos, etc. NG-17 de septiembre de 2015 / Fuente: actualidad.ainia.es