La polución ambiental en varias ciudades británicas generó la preocupación de la las autoridades europeas y de los propios habitantes de las islas. La Comisión Europea ha dado un «último aviso» al Gobierno británico por el incumplimiento de los límites máximos de contaminación en 16 ciudades: entre ellas figuran la capital inglesa, Londres; y otras de importancia como Glasgow, Leeds, Birmingham y Nottingham El Reino Unido es uno de los cincos países que sistemáticamente ha figurado entre los cinco peores de los 28 por los altos niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), causados sobre todo por las emisiones de los vehículos Diesel. En lo que va del año, Londres superó los límites máximos de NO2 para todo 2017. Por ley, la concentración de dióxido de nitrógeno no puede superar los 200 microgramos por metro cúbico, más de 18 veces en el año en ningún punto de la ciudad. En Brixton Road, al sur del Támesis, ese techo de concentración horaria se rompió en la primera semana de enero. Oxford Street, Kings Road y The Strand son otros de los puntos «negros» de la capital británica, que tendrá en 2020 una zona de «emisiones ultrabajas» y el próximo año cobrará un «peaje de combustión» que sumará al actual «peaje de congestión», para bloquear el acceso de los vehículos más contaminantes al centro de la ciudad. Se calculó que la contaminación se cobra 9.500 muertes prematuras en la capital británica y 40.000 en todo el país. Más de 300 médicos lanzado en marzo una iniciativa para alertar sobre los efectos del tránsito en las ciudades, en especial sobre la población infantil. Los médicos y las asociaciones ecologistas expresaron su preocupación respecto de que el Brexit sirva para relajar los límites y bajar la guardia en la lucha contra la contaminación en las ciudades británicas, que también fue denunciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). 30 de marzo de 2017 – ep