Las bolsitas de plástico son hoy un símbolo de la degradación del ambiente por acción de los seres humanos, sin embargo su uso tendría los días contados.
Las bolsas muchas veces están contaminadas por bacterias debido a que la mayoría de las personas nunca las lavan.
Las bolsas plásticas están hechas con etileno, uno de los gases más sencillos de hidrógeno y carbono que, calentado a temperaturas muy altas con una pequeña cantidad de oxígeno, forma una sustancia sólida, el polietileno con el que se fabrican esos envases.
El polietileno fue descubierto accidentalmente en 1899 por el científico alemán Hans von Pechmann, quien no le vio potencial, por lo que recién en la década de1930 se empezó a usar en Gran Bretaña, para bastones.
Se advirtió que era tal su utilidad, que se lo consideró un secreto nacional británico durante la Segunda Guerra Mundial, ya que se utilizaba para aislar los cables de los radares, lo que otorgaba a Inglaterra una ventaja ante los ataques aéreos. Su proliferación posterior las convirtió en el símbolo del efecto nocivo de la humanidad sobre el planeta.
El problema es que las personas las tiran en vez de reutilizarlas, pero además las bolsas muchas veces están contaminadas por bacterias debido a que la mayoría de las personas nunca las lava, lo que se debería hacer una vez por semana.
Igualmente, hoy las bolsas plásticas entraron en extinción. En los Estados Unidos se utilizan más bolsas de papel que de plástico –no porque sean menos nocivas para el ambiente-; San Francisco fue la primera ciudad estadounidense en prohibirlas en 2007, Italia en 2011, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo hizo en 2018.
ep