Los especialistas en chapa y pintura conocen la importancia de trabajar con elementos aseados para un acabado perfecto y sacar rentabilidad al negocio. La capacitación es clave para una realización óptima. El sector industrial tiende a al uso de productos en base agua. Unir, arreglar, pintar y lacar… Una sola mota de otro producto puede arruinar un trabajo esmerado. Por esa razón es importante la limpieza de herramientas y pistolas de pintura para un coche o cualquier otra superficie. Una vez el operario conoce la máquina con la que trabaja debe acudir a la limpieza y revisión. El primer paso es vaciar el sistema donde se encuentra el líquido-residuo que se formó tras la limpieza. Este residuo se verterá en unos recipientes adecuados que la propia empresa almacena para que se realice su correcto tratamiento, por lo que las condiciones de seguridad medioambiental son estrictas. Vaciada la máquina, se limpia a fondo, interna y externamente, con una bayeta humedecida en agua o disolvente, tomando las precauciones correspondientes. Además, se comprueban los mandos de control por si se hubiera producido algún fallo. Logrado el objetivo, se llena con el producto adecuado para limpiar los restos de pintura, disolventes u otros productos –según las necesidades del taller-. El operario debe comprobar que la máquina funciona correctamente. En este tipo de limpieza se utiliza un producto jabonoso en base agua (o en base disolvente) que trabaja a temperatura (entre 45 Cº y 65 Cº dependiendo del modelo de equipo) y que permite retirar fácilmente cualquier tipo de aceite, tinta, cola, adhesivo, silicona, etc. Estos productos no contienen alcohol (se trata de un bioalcohol). El sector industrial se está decantando cada vez más por el uso de productos en base agua en las tareas de limpieza y mantenimiento de maquinaria y utensilios de sus líneas de producción. Tanto es así que el uso de estas líneas de equipos y productos aumentó en un 15% en el último año. Formación El operario de limpieza de estas máquinas recibe una formación previa in situ, aprendiendo no sólo el funcionamiento de la máquina y cómo debe limpiarse, sino que también debe tener conocimiento del taller y los protocolos medioambientales. Si tras la limpieza se detectara un problema grave, un técnico especializado debe acudir al taller para resolverlo. El equipo cuenta con un sistema de recirculación del producto en circuito cerrado, favoreciéndose una reducción en consumo de líquido, minimizando la generación de residuos y evitándose derrames y pérdidas de producto. Además, estos sistemas pueden encontrarse en modelos automáticos, semiautomáticos, automáticos o portátiles, adaptados a cada necesidad. Por seguridad es requisito cumplir con los protocolos, desde el operario que utiliza el vestuario hasta la máquina que cuenta con un control para cambios de tensión y un sistema de aspiración para los gases –que por los disolventes se emanan-. El seguimiento de la máquina es continuo desde que es adquirida por el cliente, quien recibirá un servicio integral de limpieza y mantenimiento.