Mediante la circulación o inmersión en un fluido limpiador se procede a la eliminación de suciedad, depósito o incrustación en las piezas afectadas. Esta limpieza es un procedimiento de mantenimiento industrial con control de temperatura y a velocidad establecida que debe ser realizada bajo asesoramiento profesional, pues se pueden ocasionar daños irreparables al sistema con el uso de productos inadecuados. La primera tarea es visual para determinar los materiales de construcción y el grado de suciedad en forma cualitativa y cuantitativa. No puede usarse un método único para todas las tareas de limpieza. Los factores para la selección de un modo son: el contaminante a remover; el grado de limpieza requerido; los materiales a limpiar; el propósito de la limpieza; factores ambientales y de seguridad; tamaño y geometría de la parte, y requerimientos de producción y costos. Para seleccionar el mejor método, se debe identificar el contaminante entre las siguientes categorías: grasa y aceites, lubricantes de procesado; partículas sólidas de metal, pulimentos abrasivos, suciedad, polvo y otros materiales; compuestos para abrillantado y pulimentos, y películas o capas de óxidos y herrumbre. Los métodos para esta limpieza son varios: Lavado alcalino que se realiza con una mezcla de bases suaves y dispersantes, para eliminar residuos orgánicos y biofilms en las paredes de los equipos; desengrasado, para remover grasas y compuestos aceitosos, y se hace con una mezcla de desengrasantes biodegradables y su recirculación. El desincrustado es la eliminación de sales que pueden variar desde sales de calcio hasta sílice; mediante la recirculación de una mezcla de ácidos, inhibidores de corrosión y generación de ácidos “en sitio” mediante reacción de algunos productos químicos. El desoxidado o decapado es eliminar la oxidación en el equipo, mediante la recirculación de una mezcla de ácidos débiles e inhibidores de corrosión. Los pasivados pueden ser para acero inoxidable que consiste en aumentar la relación Cr/ Fe devolviendo al metal sus propiedades e incrementando su durabilidad, o para acero al carbón que propicia la generación de una capa protectora de magnetita, que retarda la aparición de depósitos de óxido e incrustaciones. Las industrias farmacéutica y alimenticia demandan el sanitizado, a través del cual no sólo se limpian sino también se sanitizan los equipos con formulaciones biodegradables. Otros métodos son la regeneración de resinas mediante la reactivación de las propiedades de intercambio iónico con su tratamiento con solventes y productos químicos, y el flushing a sistemas hidráulicos o oleodinámicos que consiste en la limpieza química y pasivado de la tubería, seguido por un barrido con aceite para la eliminación de partículas. 14/04/2016 – ep