Lavar o limpiar y desinfectar son dos cosas diferentes. Ambas se complementan y deben realizarse diariamente. La limpieza se refiere sólo al uso del agua y del jabón para hacer desaparecer la suciedad y la mayoría de los gérmenes. La desinfección, en cambio, se refiere al uso de soluciones limpiadoras que contienen ingredientes que matan a las bacterias y otros gérmenes. Sin embargo, ambas tareas deben realizarse diariamente, para asegurar que todas las partes de un local, oficina o habitaciones del hogar (pisos, paredes, techos, áreas auxiliares) incluyendo equipamientos y herramientas, estén en orden y en buenas condiciones higiénicas. Especialmente en una casa, pero también en lugares de trabajo, hay dos partes que deben lavarse y desinfectarse correctamente y a menudo: la cocina y el baño. En la cocina, las bacterias de los alimentos pueden contaminar las superficies y la preparación de las comidas. Si tomamos comida contaminada podemos enfermarnos. En el baño también hay que respetar las más mínimas medidas de higiene. Y antes de salir de él, lavarse siempre las manos. Se recomienda utilizar guantes de goma para limpiar sangre, vómitos o defecaciones, o cuando quien realiza la tarea de limpieza tenga cortes o heridas en las manos. Estas lesiones permiten la acción de la infección. Aun usando guantes hay que lavarse las manos después de limpiar o desinfectar una superficie. Otras recomendaciones indican que deben leerse con mucha atención las instrucciones de los productos desinfectantes antes de utilizarlos y seguirlas luego atentamente. En este caso también hay que lavarse las manos al terminar y no hay que tocarse con los guantes ni lo ojos ni la nariz ni la boca. Entre los utensilios que se utilizan para limpiar y desinfectar se recomienda el uso de toallas de papel descartables para la limpieza de las superficies. Si se utilizan trapos, hay que prestar atención a la higiene de los mismos, debido a que pueden dejar de cumplir la función de limpiar y convertirse en vehículo de bacterias contaminantes. Por eso, deben ser lavados frecuentemente con agua caliente y jabón, y lo aconsejable es renovar los trapos cada quince días. NG – 25 de junio de 2015