Los secadores de manos es utilizan desde hace 50 años. Hoy, se ofrecen diversas opciones que se adaptan a cualquier entorno. Los métodos de secado de manos en los baños públicos son de dos tipos: por absorción del agua: toallitas desechables y toallas, o por dispersión del agua; secadores de aire caliente o de chorro de aire. Los secadores de manos se vienen utilizando desde hace 50 años, pero actualmente,la preocupación de los consumidores al respecto reside en el impacto ambiental y económico. La falta de recursos hizo que las empresas den relevancia a productos útiles, higiénicos y respetuosos del medio ambiente. Un argumento sería que los secamanos de aire ofrecen un mayor ahorro debido a que, tras una primera inversión, únicamente se precisa de la corriente eléctrica para su uso, pero los clientes se fijan en el consumo energético. Además, la higiene de manos es la medida más importante para evitar la contaminación cruzada y la transmisión de infecciones hospitalarias y el secado es el último paso y no el menos importante, debido a que las bacterias se propagan en ambientes húmedos. Por eso, los nuevos modelos van mejorando su eficiencia, aumentado la velocidad del aire, consiguiendo un resultado en menor tiempo, con menor consumo energético. Mientras tanto, el requerimiento de mayor higiene en los baños hizo que prácticamente hayan desaparecido los secamanos con pulsador y los nuevos modelos se activan de modo automático, para evitar tocar el dispositivo. Otra forma de evitar contaminaciones cruzadas. Sin embargo, expertos europeos establecieron la importancia de secarse las manos después de lavárselas a fondo y afirmaron que los secadores de chorro de aire salpican agua con microbios de las manos a otras partes del baño que se contaminan. El informe de 2013 aseguraba que habría “mayor riesgo de exposición a los microbios al utilizar determinados tipos de secadores de manos” y observaron una mayor contaminación microbiana encima y debajo de los secadores de manos; sin embargo, el mercado ha comenzado a ofrecer artefactos con filtros, materiales antibacterianos y diseño especiales. El otro sistema, las toallitas desechables o las toallas, ha comenzado a generar controversias por la sostenibilidad. El sector ha comenzado a buscar mejorar las prácticas dentro de las fábricas de esos productos, en reciclaje, recuperación, transporte, gestión del agua y la seguridad en el lugar de trabajo. Además, se apunta al uso de fibras procedentes de bosques gestionados de manera sostenible. Los productos de papel tisú sostenibles pueden fabricarse con fibras tanto recicladas como vírgenes; usar una u otra fibra no repercute significativamente en la huella de carbono, dependiendo de la ubicación de la papelera, la cercanía de las fibras disponibles, las opciones energéticas y el tratamiento de residuos de producción. 07 de julio de 2016 – ep