Desde el inicio de la pandemia, la mayor parte de la humanidad comenzó a utilizar tapabocas, por lo que la OMS difundió una serie de consejos para su uso correcto.
La OMS aconsejó lavarse inmediatamente después de desechar la mascarilla.
Al principio parecía una cuestión de días, pero el uso de las mascarillas, barbijos o tapabocas se transformó en algo más que una costumbre y llegó a ser una necesidad en todo el mundo. Por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió una serie de recomendaciones para continuar con su uso.
Lo primero que recomendaron los especialistas es lavarse las manos antes de ponerse la mascarilla; luego inspeccionarla en busca de roturas o agujeros y desecharla si está dañada; evitar las provistas de válvulas; evitar quitársela para hablar, y no compartirlas con otras personas.
Además, colocársela con cuidado, asegurándose de que cubra la boca y la nariz, ajustarla al puente nasal y atarla firmemente para minimizar cualquier espacio entre la cara y la mascarilla. Evitar tocar la mascarilla mientras se usa y, si se hace accidentalmente, debe lavarse las manos.
Retirar la mascarilla utilizando la técnica adecuada: no tocar la parte delantera, desátela por detrás; reemplazarla tan pronto como se humedezca con una nueva limpia y seca, y desecharla o colocarla en una bolsa de plástico sellada limpia donde se guarde hasta que se pueda lavar y limpiar. No guardarla alrededor del brazo o la muñeca ni tirarla hacia abajo para que descanse alrededor de la barbilla o el cuello.
La OMS aconsejó lavarse inmediatamente después de desechar la mascarilla, y no reutilizar los tapabocas de un solo uso y desecharlos adecuada e inmediatamente.
También instó a lavar las mascarillas de tela con jabón o detergente y preferiblemente con agua caliente (al menos 60 ° C) al menos una vez al día, y, si no es posible usar agua caliente, utilizar jabón o detergente y agua a temperatura ambiente, y luego hervirla durante un minuto.
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