Si la limpieza e higiene en hospitales es fundamental, la de los sitios donde se realizan las intervenciones quirúrgicas son las que más atención revisten.
Los quirófanos son la zona más vulnerable de los hospitales y donde se produce una mayor proliferación de microorganismos nocivos, ya que es donde encuentran las condiciones ideales: sangre, humedad y ventilación artificial. Además, los pacientes se encuentran más expuestos al contagio, ya que al ser intervenidos se realizan incisiones.
En el interior del quirófano es habitual que se desarrollen virus y bacterias, otro de los motivos por los que esta incidencia es mayor en esta zona es que el tránsito de pacientes intervenidos es elevado y muchos de ellos pueden padecer cuadros infecciosos o portar bacterias de otros puntos del centro sanitario.
En este escenario, la higiene extrema constituye la mejor forma de evitar los contagios. De hecho, las tareas de desinfección en las salas de operaciones están minuciosamente estudiadas: desinfección, esterilización y saneamiento.
Los procedimientos de limpieza en hospitales suelen marcar la necesidad de una limpieza cada 24 horas será necesario realizar una limpieza completa de los quirófanos, aunque no se hayan utilizado a lo largo de ese día.
Tras delimitar las tareas de limpieza, desinfección y esterilización se establece la zona que, de hecho, suele estar separada del resto del centro sanitario mediante puertas debidamente señalizadas para impedir el paso a los otros pacientes o personal sanitario no autorizado. Las puertas no sólo delimitan la zona de quirófanos, sino un perímetro más amplio que incluye: vestuarios, almacenes, zonas de oficinas, pasillos.
Además de todas estas áreas, es de vital importancia realizar una limpieza en profundidad de los conductos de ventilación y climatización. El nivel de asepsia necesario no será el mismo en todas las zonas. La esterilización sólo tendrá lugar en el área quirúrgica que es donde se encuentra el mayor riesgo de contagios.
Estas tareas de limpieza incluyen todos los elementos que componen el quirófano. Tras cada intervención habrá que higienizar la mesa de operaciones, los suelos, la mesa de utensilios, el instrumental, las lámparas y, en definitiva, toda el área de operaciones. En cuanto a las paredes y el techo del quirófano se limpiará concienzudamente semanalmente. Aunque la periodicidad de estas tareas puede variar en función de las necesidades sanitarias.
31 de mayo de 2018 – ep