La pandemia ha sacado a luz métodos de desinfección que permiten combatir el Covid-19. El ozono es uno de ellos y trae aparejadas varias ventajas.
Se caracteriza por tener gran capacidad de penetración, de forma que llega fácilmente a todos los rincones.
Una de las soluciones para la desinfección de ambientes y superficies que han ganado protagonismo durante la crisis sanitaria internacional debida a la propagación de la coronavirus, es la desinfección con ozono, una técnica para purificar, renovar y desinfectar el aire en espacios cerrados.
Para llevar a cabo este tipo de desinfección, se utiliza un generador de ozono. Se trata de un aparato que genera ozono de forma artificial, que es idónea para eliminar hongos, bacterias, gérmenes y otros tipos de microorganismos nocivos de forma natural.
Siempre utilizado por profesionales de la limpieza y aplicado en las concentraciones adecuadas, el ozono permite eliminar hasta 99% de los virus. Además de ser una forma limpia y ecológica de desinfectar, puesto que no deja ningún tipo de residuo.
El ozono se caracteriza por tener una gran capacidad de penetración, de forma que llega fácilmente a todos los rincones y superficies del habitáculo donde sea aplicado, incluso a las más complicadas.
Teniendo eso en cuenta, no es de extrañar que la limpieza y desinfección con ozono se haya convertido en una realidad para una gran multitud de espacios de trabajo. Además, también tiene algunos beneficios destacables, como el hecho de que permite reciclar aguas residuales y ayuda a eliminar los malos olores.
Con la crisis de la Covid-19, reforzar las tareas de limpieza prestando especial atención a las principales zonas de contacto, y realizar desinfecciones en profundidad de ambientes y superficies, se ha convertido en una prioridad para prevenir nuevos contagios y paliar los efectos de la pandemia.
ep