La desinfección con ozono se utiliza generalmente en plantas de tamaño mediano o grande una vez que el agua residual haya recibido por lo menos tratamiento secundario. Además de la desinfección, otro uso común del ozono en el tratamiento del agua residual es el control de malos olores. La desinfección con ozono es el método menos utilizado en los Estados Unidos aún cuando en Europa esta tecnología ha tenido una amplia aceptación por varias décadas. El tratamiento con ozono tiene la capacidad de lograr niveles más altos de desinfección en comparación con el cloro o la luz ultravioleta; sin embargo, los costos de inversión así como los gastos de mantenimiento no son competitivos con las alternativas disponibles. Por lo tanto, el ozono es utilizado con poca frecuencia, principalmente en casos especiales en los cuales otras alternativas no son efectivas. Entre las ventajas que se le pueden adjudicar están que el ozono es más eficaz que la utilización del cloro para la desinfección o destrucción de virus y bacterias; el proceso de ozonización utiliza un período corto de contacto de aproximadamente de 10 a 30 minutos; no deja residuos peligrosos que necesiten ser removidos después del proceso de ozonización porque el ozono se descompone rápidamente. Además, después de este proceso, los microorganismos no crecen nuevamente, con excepción de aquellos que están protegidos por las partículas en la corriente de agua residual; el ozono es generado dentro de la planta, existiendo así muy pocos problemas de seguridad industrial asociados con el envío y el transporte. Tecnología compleja Por otra parte, el proceso de ozonización eleva la concentración de oxígeno disuelto (O.D.) del efluente. Este incremento puede eliminar la necesidad de reaereación y también puede incrementar el nivel de O.D. en la corriente de agua receptora. Sin embargo, tiene algunas desventajas, como por ejemplo la baja dosificación puede no desactivar efectivamente algunos virus, esporas o quistes; es una tecnología más compleja que la cloración o la desinfección con luz ultravioleta, por lo cual se requieren equipos complicados y sistemas de contacto eficientes. También se ha marcado que el ozono es muy reactivo y corrosivo, requiriendo de materiales resistentes a la corrosión tales como el acero inoxidable; no es económico para las aguas residuales con altas concentraciones de sólidos suspendidos (SS), demanda bioquímica del oxígeno (DBO), demanda química de oxígeno, o carbono orgánico total. Finalmente, el ozono es extremadamente irritante y posiblemente tóxico, así que los gases de escape que salen de la cámara de contacto deben ser destruidos para evitar que los trabajadores estén expuestos a ellos, y, por último, el costo del tratamiento puede ser relativamente alto en cuanto a la inversión de capital y la demanda de energía eléctrica. 22/10/2015 ep