Las pintadas o grafitis se convirtieron en parte del paisaje urbano. A pesar de que muchas puedan ser artísticas otras resultan molestas y se deben eliminar. La remoción de esos mensajes consta de tres pasos necesarios para evitar que la superficie restaurada quede con un aspecto peor del que tenía pintada. Para hacerlo se deberá identificar el tipo de superficie y la sustancia que va a ser eliminada, seleccionar el método a utilizar y aplicar una capa protectora. Ladrillo, piedra, hormigón, aluminio, postes, señales de tránsito, paradas de autobuses, pavimento, madera y vidrio, todos los materiales pueden ser utilizados como superficie para las pintadas, más allá de que sean lisas o texturizada o tengan algún material protector. La mayoría de los grafitis se hacen con pintura en aerosol, pero también se usan marcadores, adhesivos, lápiz labial, anilinas y productos de decapado o abrillantamiento para dar efectos especiales. Lo ideal será removerlo cuando ni bien se perciba su presencia, porque el tiempo de permanencia impactará sobre la facilidad con que se pueda quitar. Además, dependiendo de la sustancia a ser eliminada, cada superficie responderá mejor a un método particular. Teniendo en cuenta eso, se deberá considerar que con excepción de la pintura, la mayoría de los productos anti-grafiti o removedores no está a la venta en la mayoría de los comercios minoristas, dado que son sustancias industriales especiales. El procedimiento más económico para cubrir un grafiti, especialmente en superficie lisas y pintadas, como paredes o extensas fachadas, será el de repintar, ya que la pintura es un producto relativamente seguro en comparación con la eliminación de grafitis utilizando disolventes químicos. Al respecto, los removedores químicos no son iguales, pero el más fuerte y rápido es el solvente; aunque el resultado será poco estético si no se elimina completamente, se puede utilizar para zonas pequeñas y probando la reacción del material antes de comenzar su utilización. No se recomienda para superficies pintadas, sino para piedra o granito. Las hidrolavadoras son uno de los procedimientos más utilizados, y pueden combinarse con solventes específicos. El bicarbonato de sodio en forma de capa aplicada directamente a la pintura da resultado en la parte del acabado y evita el desgaste de la superficie como consecuencia de la fuerza del agua. Finalmente, hay dos tipos de recubrimientos protectores anti-grafitis, el recubrimiento temporal y el permanente. El primero son las pinturas que se eliminan al finalizar el proceso de borrado; los segundos no son afectados por el proceso de eliminación de grafitis y permanecen. Tal como los productos de limpieza, la mayoría de los recubrimientos no están disponibles para los minoristas. 15 de diciembre de 2016 – ep