Contar con un código de buenas prácticas es cada vez necesario para sustentar el nivel de las operaciones. Para demostrar profesionalismo y transparencia se necesitan de argumentos fuertes. Por esa razón, en el sector destinado a la atención de industrias y empresas, crece la tendencia de contar con un código de buenas prácticas. El objetivo es proporcionar, tanto a las compañías un catálogo ordenado y sistematizado de principios, ejemplos de actuaciones, orientaciones y pautas a seguir. Este tipo de documentos apuntan a contribuir a un mayor nivel de calidad en la prestación del servicio, potenciar la dignidad profesional de los operarios y, a su vez, consolidar el vínculo entre las partes involucradas. Es bueno tener en cuenta que un código debe ser una herramienta que se pueda llevar a la práctica. Caso contrario, se puede caer en el error de que ese documento sea convierta en un texto carente de sentido. Un código de buenas prácticas es una herramienta para generar transparencia, credibilidad y confianza en una entidad que pretenda construir una imagen positiva y posicionarse en el mercado por el nivel de sus operaciones. 1 de diciembre de 2016 – agp