Las oficinas son lugares de labores diarios que necesitan de un aseo diario. Desde los muebles hasta los objetos más pequeños deben ser tenidos en cuenta. Hay diversos métodos de limpieza de oficinas. Según el tipo y el estado de la superficie, se llevarán a cabos determinados métodos y con la frecuencia que les corresponda. Eliminar el polvo del mobiliario es esencial porque el polvo es transmisor y propagador de microorganismos; es causa de alergias en algunas personas; y puede dificultar un buen funcionamiento de máquinas o instalaciones de precisión. Para estos casos se recomienda utilizar aspiradores, plumeros y gamuzas tratadas con soluciones limpiadoras. Los muebles tapizados son un poco complejos de limpiar, ya que están recubiertos de un textil, piel o piel sintética que en muchas ocasiones absorben la suciedad, haciendo casi imposible obtener un buen resultado. En sillas, sofás, sillones, si la cobertura del asiento, respaldo y apoyabrazos es textil, se aspira diariamente utilizando un aspirador. Periódicamente se deben limpiar con una solución de champú o con productos específicos para textiles. Si el tapizado se encontrara en paredes y murales, es más difícil que se manche, pero no hay que olvidar que el polvo en suspensión contiene partículas de suciedad que con la humedad se adhieren a las paredes. En este caso, el proceso de limpieza es el mismo que para el resto de mobiliario tapizado. Para las mesas, estanterías y armarios sintéticos no hay nada mejor que el agua y jabón. Por otra parte, cuando la chapa de madera o madera maciza está deteriorada, es conveniente nutrirla e hidratarla. A su vez es importante asear las computadoras, teléfonos, impresoras o fotocopiadoras.