Los dosificadores son útiles para la dilución de productos de limpieza concentrados y tienen numerosas ventajas añadidas. La primera s es que los dosificadores evitan el derroche de los productos químicos o de limpieza, lo que supone un ahorro considerable, pues los productos durarán más tiempo; pero también contribuyen de forma especial a la protección del medio ambiente. En segundo lugar, optimizan el tiempo de trabajo de los profesionales. Algo que genera mayor eficacia en las tareas y la consiguiente reducción del mantenimiento de las superficies, maquinaria u objetos que se limpian. Los dosificadores, a su vez, pueden usarse con la mayoría de productos: detergentes, desengrasantes, desinfectantes, jabones, geles, limpiadores multiuso, ambientadores y, gracias a ellos, se puede acertar en la proporción en la que se trabaja con estos productos y evitar posibles accidentes mientras se manipulan. Otra ventaja es que muchos de ellos están pensados y diseñados también para el trabajo en áreas más complicadas o más extensas. Algunos se componen de un sistema hidráulico que se conecta a canillas directamente, de forma que el abastecimiento de agua queda garantizado en todo momento y se consigue que el producto utilizado salga diluido correctamente para su aplicación. Por último, los dosificadores, en líneas generales, permiten llevar un control de la limpieza mucho más higiénico y seguro. Al dosificar únicamente las dosis de producto necesitado, se disminuyen los posibles riesgos que para la salud puede tener el que muchas personas manipulen sin control y al mismo tiempo los productos. 15 de septiembre de 2016 – ep