Si bien sólo un 5% de los murciélagos presenta rabia, no son los animales más queridos por la gente. Los murciélagos son los únicos mamíferos dotados de alas y adaptados al vuelo activo. Se caracterizan por poseer un sistema de ecolocalización que les permite orientarse y capturar a sus presas. Son de hábitos nocturnos o crepusculares. Ocupan refugios naturales como artificiales, y la mayoría de las especies forman colonias. Si bien pueden ser portadores del virus de la rabia, solamente 5% de ellos lo hacen y además, la especie aporta benefician al hombre ya que son los más eficaces predadores de insectos nocturnos. En la Argentina existen cuatro familias autóctonas, de las cuales dos se encuentran en el AMBA, y son: la familia Vespetilionidae con las especies Pardo Chico (Eptesicus diminutus), Pardo Común (Eptesicus furinalis), Escarchado Chico (Lasiurus blossevillii), Escarchado Grande (Lasiurus cinereus), Leonado (Lasiurus ega), Vientre Blanco (Myotis albescens) y Amarillento (Myotis levis); y la familia Molossidae: Moloso Orejas Anchas Pardo (Eumops bonariensis), Moloso Cola Gruesa Chico (Molossus molossus) y Moloso Común (Tadarida brasiliensis). Se distribuyen de forma diferente en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires debido a las distintas preferencias por el lugar de refugio. Aquellas que prefieren refugiarse entre las ramas o debajo de la corteza de los árboles, como el Escarchado Grande, el Escarchado Chico y el Leonado, son más abundantes en la provincia de Buenos Aires, mientras que las que eligen viviendas y edificios, como el Moloso Común, son más abundantes en Capital Federal, constituyendo una plaga. Las especies presentes en la región del AABA se alimentan exclusivamente de insectos y, cada ejemplar puede llegar a comer diariamente el equivalente a su peso, unos diez gramos de alimento. Esto los vuelve muy beneficiosos para los humanos. Si bien todas las especies pueden ser portadoras de rabia, el porcentaje de animales infectados en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires es de 3% a 4%. Los murciélagos no son animales agresivos, pero la prevención cualquiera de ellos, sano o enfermo, si se ve amenazado tratará de defenderse mordiendo. Así, por los beneficios que ocasionan al medio ambiente, están protegidos por la Ley Provincial 7058/01 y las empresas de fumigación no los matan sino que los ahuyentan con repelentes para luego hermetizar el lugar y evitar que vuelvan a aparecer. 22 de septiembre de 2016 – ep