Aumentó la generación de residuos contaminantes que demandan un tratamiento específico y control por parte del Estado para mitigar riesgos ambientales.
Según una nota publicada en EcoJournal por la periodista Jorgelina Reyente, el tratamiento de los residuos peligrosos que se generan en la formación no convencional de la cuenca Neuquina se presenta como uno de los grandes desafíos de la industria.
Con el crecimiento sostenido de la producción de petróleo y gas desde Vaca Muerta, también aumentó en misma medida la generación de residuos contaminantes que requieren de un tratamiento específico y de un control por parte del Estado para mitigar riesgos ambientales.
Según coincidieron fuentes públicas, las empresas productoras generan entre 500 y 600 metros cúbicos de recortes de perforaciones o “cutting” en cada pozo perforado en la formación no convencional de la cuenca Neuquina. En cuanto a los residuos líquidos resultantes de la perforación, la cantidad es difícil de estimar teniendo en cuenta que la mayoría se reinyecta.
En la nota mencionada se afirma que desde el Colegio de Profesionales de Ambiente de Neuquén advirtieron sobre la situación crítica del sistema: “No hay que ser muy hábil para darse cuenta que el colapso ambiental es inminente”, luego de profundizar sus argumentos.
Entre otros datos claves, se sostiene en la publicación de EcoJournal que el mapeo trazado indica que muchos de estos residuos especiales o “peligrosos” —cutting empetrolado, lodos restantes de la perforación, agua con restos de hidrocarburos, tierra con hidrocarburos y residuos sólidos condicionados— no se tratan en campo, sino que se acopian en contenedores adecuados para tal fin; luego, una transportista de residuos especiales los traslada a la empresa tratadora, que se encarga de la disposición final.
Cuello de botella
Expertos coinciden en que el tratamiento fue “siempre detrás del crecimiento de la producción”. “Hay mucha necesidad de ser cuidadosos, de actuar con excelencia por parte de todos los actores involucrados”, expresaron.
Desde el Colegio de Profesionales del Ambiente de la provincia explicaron a EconoJournal que, así como para el transporte de hidrocarburos, existe un cuello de botella también para el tema de los residuos de la industria. Al haber quedado todo “chico” por el crecimiento de la actividad en Vaca Muerta, se apunta a los rellenos de seguridad, que se presentan como “la mejor solución momentánea”.
La problemática en Neuquén es similar a lo que ocurre en otras provincias petroleras, salvo que en su caso las proyecciones de desarrollo de los campos de shale gas y shale oil configuran un desafío mucho más significativo. “La cantidad de residuos especiales que se generan es proporcional a los equipos que se encuentran perforando los distintos yacimientos petrolíferos de la provincia”, expresaron desde la entidad.